EL REINCIDENTE
Eduardo Kusnir
Estreno mundial
La partitura de EL REINCIDENTE comienza con la siguiente cita, de autor anónimo, que debe ser leída antes de ejecutar la obra:
“En caso de reincidencia, el exilio o la pena capital eran los destinos esperables”.
En la primera parte (primer episodio) de la obra, intervienen solo vientos y percusión, con un motivo principal, rápido, tremolante, que reincide obstinadamente. Solo la aparición autoritaria de los trombones intentan interrumpirlo. En esa alternancia de iniciativas y cortes un papel relevante juegan los golpes de caja china (wood-block) y el silbato (referee whistle). Ambos, con mayor o menor acierto, tratan de ordenar el juego.
Antes de la aparición de las cuerdas, la tensión aumenta, culminando con una breve cita correspondiente al inicio de la quinta sinfonía de Beethoven, a la que replican socarronamente oboes y clarinetes. Las cuerdas refuerzan el motivo reincidente del inicio, pero lo van cambiando, dándole un carácter valseado, que se generaliza en la orquesta plena, hasta convertirse en un remedo de La Valse, de Maurice Ravel. Luego, el Andante calmo, protagonizado por la flauta, precede a la reposición orquestal del motivo inicial, que vuelve a reincidir, se encrespa, se fragmenta y finalmente se debilita, se disuelve.
La obra concluye con un breve canto fúnebre de despedida, ejecutado por dos flautas.